En la era de la comunicación estamos todos incomunicados

Facebook, celulares, WhatsApp, correo electrónico, etc. Toda esta tecnología creada para mejorar la comunicación, para relacionarnos mejor, de forma más rápida y cómoda, se ha convertido en una gran paradoja.

Es verdad que quizás nos comunicamos más, ya que tenemos a Don Wifi en todos lados, pero nuestras comunicaciones, nuestras relaciones se volvieron más superfluas, más vacías de contenido y este nuevo gran amigo “Wifi” ayuda a infiltrar por medio de internet todo tipo de entretenimientos que nos atrapan y restan tiempo a la buena comunicación, entonces contestamos rápido y por arriba para seguir entretenidos, o contestamos tarde, o directamente no contestamos un mensaje, correo o llamada.

Entonces podemos observar que en estos tiempos en donde tenemos diferentes medios de comunicación nos encontramos más incomunicados, porque además estamos tan atrapados por la vorágine de la vida, de lo vertiginoso que hoy se vive y de lo vertiginosa que también es la tecnología, que todo lo que antes era importante de a poco se va diluyendo y solucionando con un mensaje; y así llegamos a perder lo precioso del cara a cara, del sostener la mirada, lo lindo de intimar y profundizar, de conocer verdaderamente a una persona, de darle el lugar y valor que merece, de regalar una sonrisa, mirada, gesto, guiño y no un EMOTICON. Nos estamos perdiendo lo bello de un abrazo, del contacto, de las carcajadas fuertes y compartidas, y de una mano tibia. Aún cuando logramos salir con alguien, lo hacemos con teléfono en el medio y en vez de mirarnos entre nosotros, miramos las pantallas de nuestros dispositivos y solo miramos al otro para mostrarle algo que encontramos del otro lado de la pantalla.

Nos esta ganando la batalla la tecnología, la era de la comunicación o de la incomunicación, dependiendo de como se use. Nosotros que somos seres sociales nos hemos vuelto cada vez más individualistas, estamos cada vez más encerrados y todo lo comunicamos a través de un botón; y en la era de la globalización estamos cada vez más encerrados y solos. Aprovechemos a la tecnología y sus avances pero que esta no nos controle, no nos perdamos lo bello de la vida que tiene que ver con disfrutar de todo lo social, pero no de forma virtual, sino real, palpable. No desperdiciemos momentos, tiempos, posibilidades de mirar, tocar, sentir, participar de forma literal con otro, llámese novio/a, pareja, amigos, familia. Desafiémonos, hagamos el esfuerzo de sentarnos a cenar, a charlar sin celular ¿Qué pasaría? NADA, antes no existían los celulares y se vivía igual. Hay un chiste tan real y que tan tristemente refleja mucho de la realidad que hoy vivimos que dice: “me quedé unas horas sin internet y conocí a unas personas geniales, que dicen que son mi familia…”

Usemos medida y eficazmente la tecnología y ganémosle la pulseada.