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Oportunidad en la Enfermedad

Cuando el cuerpo enferma, las pastillas no bastan.

En la actualidad es muy conocido el papel primordial que poseen las emociones en cuanto a la salud física y mental. No sólo por la existencia de las enfermedades psicosomáticas, y del estrés, aunque también a causa de ésto.

Como sabemos, la salud siempre ha sido un tema de preocupación a lo largo de la historia humana. Antes de que los laboratorios crearan los medicamentos y la medicina moderna hiciera sus importantes aportes, las personas utilizaban hierbas para tratar sus dolencias.

En “El hechicero y su magia” el antropólogo Levy Strauss relata como en los pueblos aborígenes el chamán o brujo de la tribu sanaba a los enfermos por medio de palabras y rituales. También cómo cuando una persona era maldecida por él, y posteriormente aislada por el grupo, es decir por la comunidad, terminaba muriendo, por efecto de lo que se atribuía a la magia del chamán. Llamó a esto la eficacia simbólica.

Y demuestra, entre otras cosas, como los seres humanos somos mucho más que un cuerpo biológico, que estamos insertos en un conjunto de creencias, que somos seres con emociones que afectan nuestra salud, seres sociales. Y qué los vínculos con las otras personas nos estructuran y nos sostienen, así como el aislamiento puede enfermarnos.

Todos sabemos que los avances de la medicina y la tecnología han sido fundamentales para el mejoramiento de la calidad de vida y el prolongamiento del tiempo vital. Sin embargo, también hemos experimentado que por la creciente especialización, los tiempos breves de atención de los turnos médicos y otras cuestiones, a veces se deja de lado al paciente como persona integral. Centrándose solo en la patología, sin considerar al ser humano en su complejidad. El acompañamiento de un tratamiento psicoterapéutico en este proceso de salud-enfermedad, busca el efecto inverso, centrarse en el papel primordial que tiene la persona en su propia curación, facilitando así que el tratamiento médico sea más efectivo.

La enfermedad, los problemas de salud, en mayor o en menor medida, y más aún cuando se prolongan en el tiempo, nos enfrentan a situaciones y sentimientos difíciles. En ocasiones podemos sentirnos frustrados e impacientes, o sentirnos tratados como objetos, o como un cuerpo fragmentado por los diversos especialistas. Será fundamental para la curación reconocer nuestra condición de seres complejos, con emociones que nos afectan para mal o para bien, identificar los recursos que poseemos y detectar qué situaciones nos enferman y qué vínculos nos sostienen, y nos reparan. Descubrir el poder de contribuir a nuestra curación que en gran medida todos tenemos, hará no solo que el tratamiento médico pueda ser más eficaz sino en casi todos los casos menos dolorosos emocionalmente el proceso de recuperación.

En esos duros momentos que todos alguna vez hemos experimentado en forma personal o a través de la enfermedad de algún ser querido, es una motivadora idea, considerar a la enfermedad como una puerta para acceder a una vida mejor por medio del trabajo sobre nosotros mismos. O bien como se dice en psicología, empoderarnos para salir de estas situaciones más fortalecidos.

 

Comentarios:

Hector Vaio

6 de diciembre del 2017

Hermosa. y acertada nota de la Licenciada Gabriela Calvo

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