En los hogares donde las relaciones familiares fomentan la comunicación, internet y el celular refuerzan los vínculos; de lo contrario, favorecen el individualismo.

La tecnología llegó para quedarse

Toda la dinámica familiar está marcada por los dispositivos de última generación. La tecnología es como un miembro más de la familia que participa en muchos ámbitos: ocio, compra, viajes, medios, entretenimiento, parejas y amistades.
La influencia de la tecnología en la dinámica familiar es notable, afecta las relaciones con los hijos y el resto de los miembros, los artefactos digitales son utensilios que no hacen más que resaltar los valores familiares. "Si hay un buen nivel de comunicación, la tecnología es positiva. En cambio, si las relaciones no fomentan comunicación entre sus integrantes, la tecnología puede distanciar a los miembros de la familia favoreciendo el aislamiento y el individualismo".

Sus aspectos positivos

La tecnología simplifica la vida de muchos sectores de la sociedad. A la familia, en particular, le facilita integrar y compatibilizar los aspectos laborales, domésticos, de las relaciones y hasta del tiempo individual. De esa manera, la incorporación de la tecnología, especialmente de internet, les significa ahorro de tiempo, de dinero y de esfuerzo.
Está claro que nos hallamos en una etapa audiovisual con muchísimas posibilidades, en la que niños y adolescentes están al día y los adultos deberían estarlo también, para guiarlos, para dirigirlos, para ayudarles a aprender a tener criterio y a saber elegir y decidir qué posibilidades pueden encontrar y cuáles son las más convenientes para ellos.

Debemos reflexionar acerca de que ninguno de los dispositivos es malo en sí mismo sino que depende del uso que se haga de los mismos, de los límites que los adultos establezcan y se establezcan acordando horarios y situaciones en los que se pueden usar o no y del cuidado que se tenga de preservar los espacios de encuentro, vínculo y comunicación familiar.

No hay que renunciar a establecer ciertas normas para regular el uso de las nuevas tecnologías, estas reglas deberían ser las mismas para todos los integrantes de la familia, no sólo para los hijos. No es posible exigirles a ellos que no estén con el celular durante la cena si los adultos no dejan de mirar la pantalla.

 ¿Cómo lograr que la tecnología no obstaculice los vínculos afectivos?

Es fundamental prestar atención, interesarse e interiorizarse en el mundo, los intereses y el modo de comunicación del otro demostrando que se está informado y disponibles para ellos, de esta modo lo percibirán como una muestra de afecto.

Para ello es conveniente poner en marcha diversas estrategias educativas:

• Educar a través del propio modelo, es decir, lo que se les transmite (nuestro propio estilo de utilización de la televisión y de otros 25 medios audiovisuales y de comunicación) debe ser coherente con los objetivos que queremos lograr en nuestros hij@s.

• Se les debe explicar el sentido de las normas que se aplican en la familia en relación con los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías de la comunicación, aunque se rebelen y protesten contra ellas, seguro que en el fondo entienden que son necesarias.

• Especialmente en la adolescencia, cualquier espacio de diálogo con el o la adolescente es oro, por breve que sea. Para ello es necesario crear oportunidades de intereses comunes compartiendo por ejemplo: un capítulo de su serie favorita, un rato de navegación por Internet o una partida con su videojuego preferido, pueden ser momentos clave para:

• Conocer mejor sus opiniones, gustos y reacciones.

• Transmitir nuestras propias opiniones y gustos. Es imprescindible tener cuidado en el modo de expresarlas, siempre de manera respetuosa. Por otro lado, si las únicas opiniones que transmitimos son críticas con sus gustos, es posible que esto afecte negativamente a la relación afectiva – educativa.