El arte como la ciencia son las herramientas con las que cuenta la humanidad para avanzar como especie en este planeta, la ciencia desde sus distintas disciplinan abarcan los aspectos accesibles por los sentidos y el arte también a través de distintas técnicas o instrumentos de creación o medición.
Comenzar una expresión en alguna arte implica una formación, dedicación y también trascender el espacio íntimo hacia un otro… salir al mundo exterior, si bien estos pasos sintetizan el camino, implican una gran complejidad para aplicar esta fórmula que es la misma para cualquier carrera y para la ciencia también.
Mantener una motivación a lo largo de un tiempo implica la constancia de depositar una energía que no se puede direccionar a otro espacio, que tampoco se puede asir por mera arbitrariedad, siendo las ganas y la claridad para ser consecuente de un deseo la consecuencia de una elección… y ahí viene la gran pregunta… ¿Cómo se elige? ¿Qué se elige? ¿Cuándo se elige? Y varias más. Sobre se puede decir que es una construcción coherente con la propia historia y los gustos, que así mismo, es lo más parecido a ser certero e inespecífico al mismo tiempo, siendo que a través de espacios que pongan un parentesís a cualquier vorágine, se podrá habilitar a la respuesta o a reformular las preguntas.
Concretar y materializar la expresión es un interjuego de una serie de variables que no suelen ser al azar, por ejemplo la dedicación individual y la generosidad en el transcurso de las distintas etapas, nunca tienen los mismos frutos que la improvisación y la avaricia… aunque puede ser interesante ver una banda en una jam zapando y se pague una entrada para ello.
El camino del músico, escritor, cineasta, artista plástico, bailarín o del actor se lo arma solo, pero siempre lo transita con otros.
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