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Juan y Juana

Trabajar con adolescentes y jóvenes nos invita una y otra vez a preguntarnos, y a repreguntarnos sobre los saberes establecidos.

La sexualidad que irrumpe  en el cuerpo de los jóvenes, irrumpe con fuerza en los adultos que los acompañan, y los cuestiona, los interpela, dejándolos siempre ubicados un paso más atrás de la modernidad.

La primer consigna es no desesperar, entender que no hay una forma unívoca, y que si bien los cuestionamientos parecen repetirse, la particularidad del uno a uno es la única respuesta. No podemos hacerlo por afuera de nuestra historia, nuestras herramientas, o nuestra neurosis.

¨A¨ concurre al consultorio,  su hija Juana, quién ya ha dejado en claro desde sus años de pubertad su gusto por las chicas, ha anunciado que a partir de ese momento su identificación con el sexo masculino sería total.

Da a conocer su nuevo nombre, Juan, y que pedía lo usen para nombrarlo a partir de ese momento.

¨A¨ dice que no puede, que siempre va a ser su chiquitita, que no le importa su homosexualidad, pero que eso es demasiado…

Estructurar, ordenar, catalogar, son formas de hacer con lo azaroso. Hacer algo con la incertidumbre. Así llenamos de horarios, nombres, agendas, planes y más planes, así acotamos ese azar que nos resulta demasiado vertiginoso. Así también nombramos a los niños, los imaginamos de tal profesión, o de tal religión, exitosos, sanos y bellos.

Hoy se impone el lenguaje neutro, más allá de las quejas, se impone. ¿Debería ¨A¨ negar la angustia, que le produce este nuevo nombre, ese salto de género?

La angustia es motor de cambio, ¨A¨ registra el pedido de su hijo, y busca cómo acompañarlo. Es mucho más que negarlo.

La sesión corre por muchos rincones de la historia, pero un acto absolutamente fortuito cambia el rumbo.

Suena un celular que generalmente está apagado.  Es Juana, por mensaje. Me mira y me pregunta: "¿Cómo hago para contestarle?, ¿no más "bonita"?  No puedo acostumbrarme"

La respuesta que surgió naturalmente fue: Quizás empezaría por agendarlo como Juan...

 

 

 

Comentarios:

Luisa

16 de noviembre del 2020

Esté texto es muy interesante ya que tengo dos hijas y están en la adolescencia y preadolescencia y han tenido muchos cambios.

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