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La distancia entre lo que se és y lo que se desea

¿Es posible vivir una vida plena? ¿Es posible ser feliz? ¿Vas a alcanzar algún día tus metas?

Una de las maneras de determinar el grado de salud psicológica, es evaluando la diferencia entre lo que sos y lo que desearías ser.

Si la diferencia es pequeña, seguramente estés logrando ser coherente con tu discurso, con tus metas y con el camino para llegar a ellas. Es decir, has aprendido a identificar con claridad lo que deseás y procurás planificar estrategias claras y realizables para concretarlo, haciendo uso eficaz de los recursos (intelectuales, emocionales) que poseés. Esto te permitirá acercarse cada día más a tu meta.

Es frecuente escuchar a alguien decir “quiero una vida más saludable”. Esta frase adquiere el valor de la enunciación, pero necesariamente deben desarrollarse acciones concretas que sean coherentes con lo que se desea, en este caso, mejorar la alimentación, hacer deporte asiduamente, dormir un número de horas adecuado al estilo de vida propio, tener una vida social activa, trabajar de forma positiva el manejo del stress, etc. 

Ahora, ¿qué ocurre cuando no sabes qué querés? O, lo sabés pero te das cuenta de que hay una brecha importante entre lo que estás siendo y lo que deseás.

En estos casos, te propongo preguntarte a vos mismo con honestidad: ¿es esto lo que realmente deseás? ¿Es un objetivo posible de lograr? ¿Qué estás haciendo para que las cosas ocurran? ¿Tenés los recursos necesarios? Si no es así, ¿cómo podés obtenerlos? ¿Podrías pedir ayuda?

A veces las personas se ponen metas imposibles de lograr, y que, aunque no lo reconozcan, saben de antemano que no van a poder cumplirlas. Esta circunstancia solo trae aparejado sobreexigencia, frustración, desconexión con las propias emociones y stress.

Por ejemplo, si te planteás un ideal de pareja inalcanzable, probablemente termines con mucha desilusión en cada encuentro, o estés todo el tiempo pensando en qué “debería” cambiar tu pareja para parecerse a ese ideal, etc.

 Otras veces, puede suceder que las metas planteadas sean para “quedar bien” frente a los demás, y no los objetivos de vida que realmente deseás. Si este es tu caso, difícilmente logres comprometerte con las acciones necesarias para alcanzar fines que no te identifican realmente. Y si, aún así, los alcanzás, es probable que le “sientas gusto a poco”.

¿Qué hacer entonces?

A veces solo se trata de pedir ayuda.

Conversar con un profesional especializado en procesos de cambio puede ayudarte a conseguir la claridad que necesitás. Para lograr resultados diferentes, es necesario cambiar tus estrategias de acción y, para eso, el paso previo es cambiar tu perspectiva de la situación. En este sentido, un psicólogo puede ayudarte a alcanzar un panorama más amplio de lo que te pasa, ayudándote a identificar tus fortalezas y obstáculos, y acompañándote en el proceso de elección de estrategias que te permitan ser más eficaz en el logro de tus metas.

 

 

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